Doce principios para vivir el evangelio en la sociedad actual



Principio de complejidad: No hay una receta única para apresurar la llegada del Reino de Dios.

Principio de formación permanente: Absolutizar el aquí y el ahora es obrar como enemigo de sí mismo.

Principio de discernimiento: A cada decisión le debe preceder una pregunta: ¿Cuál es la puerta?
Principio de santidad personal y comunitaria: Solo unidos a Dios avanza la Historia a su fin propio.
Principio de la santa astucia: Hemos de ser hábiles para desenmascarar sin amargura y para lograr que el bien sea tan atractivo como sea posible.

Principio de proporción temporal: Así como cosechamos de lo que otros sembraron, hemos de sembrar sabiendo que otros cosecharán.

Principio de doble pertenencia y doble excelencia: Las razones del laico deben ser capaces de dialogar con todos pero sus motivaciones y metas no brotan de todos sino de Aquel que está por encima de todos.

Principio de genuina fortaleza: Toda élite es frágil y será reemplazada por otra élite. La fuerza está en la base.

Principio de austeridad: La libertad del corazón se encarna en sobriedad y generosidad.

Principio de misericordia: La calidad de una civilización se mide por la manera como trata a los más débiles.
Principio de comunicación independiente: La comunicación interna y el rostro público de los cristianos no pueden quedar en manos de los no creyentes. Atención a la “guerra semántica.”

Principio de trascendencia infinita: La meta es que Dios sea todo en todos.








Diego García

Soy el administrador del Pensamiento Serio. Soy un lector de filosofía, libros que hablan de pensamiento humano, mi corriente filosófica es: neo-realismo analógico. Escritor de blog, artículos, creador del proyecto «pensamiento serio»

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