Todo cuanto ah sido creado, lo ha sido obra de Dios. Por lo
tanto, a él pertenece el universo y cuanto contiene. Los conceptos de
soberanía, poder o autoridad, de igual quién los evoque, no tiene otra fuente
que él. Y así lo han reconocido la Iglesia en una doxología primitiva (y que
aún conservamos) que alude a Dios diciendo “tuyo es el poder y la Gloria por
siempre, Señor”.