Los ingenuos creen que los derechos de los homosexuales
terminan en bodas y fotos.
Cuando estos
ingenuos despierten se darán cuenta que sus hijos han sido secuestrados por un
modelo educativo que impone la sexualidad como acto subjetivo, autónomo sin
otra regla que el conceso entre mayores de edad. Y luego descubren que sus
lugares de trabajo, sus gobernantes, su medios de comunicación han sido también
secuestrados de modo que ahora se supone que todos debemos pensar lo mismo. Hay
que ayudar a que otros despierten.