La postura de la Iglesia sobre este tema es muy clara: tanto
Santo Juan Pablo II en su encíclica Veritatis Splendor, como Benedicto XVI y
Francisco, éste en la encíclica Laudato Si, en la exhortación apostólica Amoris
Laetitia y en un reciente discurso a los obispos polacos en la JMj tienen
durísimas palabras contra esta anticristiana, pero políticamente correcta,
ideología. Veamos por qué.