El
Siame (Sistema Informático de la Arquidiòcesis de México) recuerda
que para no caer en sus redes, “lo primero que se debe tener en
cuenta es que, como todos los estafadores, la mayoría de los falsos
sacerdotes suelen ser simpáticos, convincentes, hábiles y aparentan
ser buenas personas. No hay que olvidar que los sacerdotes católicos
tienen prohibido casar, bautizar y en general, oficial misas fuera de
la parroquia o en un templo público conocido.