Si eres pragmático, no
encontraras en mi escrito unas reglas para hombres y mujeres; sino una visión
antropológica filosófica, que abre el debate.
El sentido del trato con la mujer no es tratarla como una
cosa, sino ser el Señor de la misma manera que es Dios con el universo es decir amar y respetar
a una mujer, siendo este el verdadero sentido.
El hombre debe tratar a la
mujer con delicadeza, con amor, con cariño, con generosidad, con entrega, con
sacrificio.
Hombre y mujer tienen complemento
biológico, en la conducta y comportamiento existencial.
Complementariedad en el
poder, desde el principio la mujer es la que tiene el poder. Es el hombre que
aparece necesitado de la mujer, para entender la necesidad de la mujer de un
hombre; hay que reconocer la necesidad psicológica femenina, que hace un eco
verdadero de las acciones concretas del deber ser. La que se convierte como meta es la mujer.
La mujer es mucho más
autónoma, se recupera más fácil del dolor que nosotros los hombres, por la
necesidad de contar lo que le pasa. La mujer es más inteligente para absorber
la frustración, los hombres con un poco de entrenamiento podemos aprender esta
técnica de sanar el dolor, contando todo lo que aconteció sin ocultar nada.
N.B:
Parece
que no hace parte de este tema, pero es algo importante para los dos géneros,
es decir tener: «la alegría por saberse amado o el placer del sexo no deben
llevar a idolatría, es siempre necesitado de redención».
Tu amigo de siempre Diego
García.