El
ser humano en muchas ocasiones se da por vencido con facilidad, porque tenemos
a Cristo como un simple accesorio no como la piedra fundamental de nuestra vida. El ideal sería tener a Dios
como única esperanza y roca firme sobre la cual se edifica la vida.
San
Agustín decía: “He aquí las redes, las
redes de la palabra, las redes de la predicación; he aquí las redes del Señor” (Sermón 229). Es decir que Jesús se dirige a
cada uno de nosotros para echar buenas redes y capturar el mayor número de
almas para Dios.
Una
de las oraciones que recomiendo es esta: «Haz
de mi, Señor, un pescador de hombres que tome las redes de tu palabra y pueda
contribuir a la pesca en la vida de la Iglesia, dando testimonio de ti,
estrella que guía mi navegar». (Esta oración la hago para que seamos
instrumentos de Dios y esta página web sea un medio para que todos conozcan a
aquel que da la vida).
Cuando
no se está con Dios, se fracasa no se obtienen los mejores resultados,
siguiendo la Palabra de Dios llenamos
la barca que es nuestra vida.
Esta
liturgia de la palabra, hace creced nuestra vida espiritual regalando la
enseñanza: «No olvidar nunca la
esperanza, porque en el nombre de «Jesús» se puede hacer cosas grandes si cada
uno de nosotros tiene fe y confianza».
N.B: Echad la red y nos
sorprenderemos de los milagros en nuestra vida.
Tu
amigo de siempre Diego García.