Toda organización tiene sus peculiaridades y es suceptible de cambios y de mejoras. Seguramente el Papa y una mayoría de cardenales ven con buenos ojos la reforma de la curia, la promueven con bonhomía, e incluso hasta puede que los cambios a realizar no pasen de ser retoques de corte apenas administrativo.
El problema es que una parte podrida de la Iglesia ve con malos ojos a la curia por motivos obscuros. Para ellos, prelados como Bertone son la excusa y no la causa. Total, bastaría con sustituirlos. Es como cuando al grito de “no a la corrupción” se justifica una revolución que cambie el sistema. El corrupto es la excusa ideal para erigir un nuevo equilibrio de poderes.
¿No es sospechoso que diarios progresistas como El País hayan jaleado la reforma de la curia?
Se podría decir que la curia es al Papa lo que los ministerios al presidente. Representa el poder central del papado y por eso muchos quieren su simplificación, menos tentáculos, y la necesaria delegación de poderes a los obispos o, de facto, a las conferencias episcopales. ¿Se imaginan la Congregacion para la Doctrina de la Fe en manos de obispos como Marx?
No seamos ingenuos. ¿Tanto debate por un mero problema administrativo? Puede que los proximos cambios no sean significativos, pero la lucha continuará y son muchos los que pretenden menoscabar la primacía de Pedro.
Por mucho que se reformen las estructuras humanas, la naturaleza herida y limitada que poseemos no cambia. Donde hay seres humanos siempre habrá santos y tremendos pecadores, personas responsables e irresponsables.
ResponderEliminarPor ello veo intrascendente la reforma de la curia. Tal vez sirva para hacer más ágil la política eclesial, pero espiritualmente es intrascendente.
Saludos Diego :)