Por Luis Javier Moxó Soto.
Uno
está tan despistado con aquellos que se despiden y no acaban de hacerlo, no
sólo en la política, sino en muchos más ámbitos, que se le pasa que también
tiene él mismo que cerrar una etapa y abrir otra en breve.
El
fin de curso que ya llega, también para los docentes, a partir de mañana, se ha
presentado en su última fase, la tercera evaluación, y en el caso de acabar
ciclo, la final, de forma muy apretada, con la necesidad de acabar bien todo en
forma de memoria anual.
De forma más genérica,
y no ciñéndome necesariamente al campo educativo, pero incluso englobándolo,
últimamente me pregunto si será verdad eso que nos despedimos periódicamente de
lugares, trabajos, ocupaciones y amistades,… según un ritmo más o menos
constante.
A
ver, repasamos nuestra historia hasta aquí, y a no ser que seamos demasiado
jóvenes, vemos con cierta sorpresa, que en tres o seis años, más o menos, se ha
dado un cambio en nuestra vida.
Nos vamos de un lado, llegamos a
otro, o bien conseguimos cierto trabajo, o conseguimos cierta formación que nos
cualifica mejor para otro puesto, perdemos o ganamos una nueva amistad o
relación que de algún modo da un pequeño o gran giro a nuestra vida.
¿Será verdad esto? ¿Mudamos de forma
cíclica? Y lo mismo podríamos decir con la historia colectiva, tal vez, porque
después de un período de crisis viene otro de alza y viceversa. El problema no
es la sucesión alternativa, sino quizá el tiempo que pasamos en el ínterin.
Sobre todo si queremos marcharnos, despedirnos cuanto antes de una situación
insostenible.
Me
parece que antes de irnos es mejor esperar al tiempo más oportuno, cuando todas
las piezas de ese rompecabezas que nos hacemos con nuestras disquisiciones
cedan y se amolden a un kairós, a un tiempo no nuestro, sino al de la óptima
ocasión, al de Dios, Señor del tiempo, que marca con Su Voluntad, buena y
providente, siempre, lo más conveniente para nuestro bien y plenitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero comentarios adjuntos en alguna de las entradas de mi página web, preguntas cortas e interesantes, en el formulario de este portal o por correo electrónico. Las interpretaciones que se den a esta exposición: clara, concisa, profunda y precisa no es responsabilidad de Diego García; sino de la persona que escribe la critica positiva o negativa, no se responde por daños o perjuicios que se causaran por dichas notas.