Ten calma.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a entender cuando la fe se pone en duda. ¿Dónde encontramos a Dios?... ¡Dios está en la tranquilidad!. Hoy más que nunca la verdadera oración se encuentra en el silencio del corazón. Hay que buscar el momento para estar en dialogo con el infinito. Donde hay ambiente, donde uno se pueda realizar como persona. Hay que buscar en donde habita. Buscar el silencio de ahí tiene la prioridad la escucha y lectura de la palabra del Señor; los pensamientos deben estar en EL constituidos. Se debe aterrizar para buscar al dador de la vida en el lugar donde está. Es verdad Dios está en todas partes pero todos los lugares no son buenos para un encuentro personal con EL. Todos tenemos barcas en nuestras vidas, el trabajo, nuestra vocación, familia, el timón de la barca debe ser Jesús. Los discípulos sienten miedo porque no van con el maestro. Hay timones que se caen pero el Divino Maestro nunca se cae. Al iniciar el camino empieza la tempestad.
Jesús después de cada actividad se retiraba a orar: ¿Cuántas veces oramos nosotros?... Hoy la invitación es poner la mirada en la grandeza de Dios. Somos egoístas pero te digo ten calma.
Jesús va a orar de noche, la noche es la tentación, pero en la madrugada, Jesús camina pero los discípulos lo ven como un fantasma. A veces buscamos a los humanos pero no el poder de Dios. A Jesús lo vemos como un amigo. Pedro quiso caminar sobre el agua pero vio, que el aire era más fuerte y no siguió. Jesús le dijo: ¡Porque no tienes fe!.
El timón de los jóvenes es el compañero de turno que lo lleva por malos caminos, a veces nosotros debemos tener convicciones de lo que queremos llegar a ser; es decir seguidores de Cristo. Cuando llego Jesús todo es mejor a mi vida.
Muchas veces perdemos la calma; la agitación de nuestro diario vivir, nos gusta pelear; aunque hablemos de paz. Pero nuestras acciones son de guerra. Andamos desconfiando de todo y de todos. Nada de lo que tenemos lo tenemos seguro, un mal minuto es perdida de todo. ¿Qué pasaría si Dios me llamara a dar cuentas?...¿Estoy preparado para el juicio?... ¿oh… el miedo a la muerte es porque tengo conciencia que me voy a condenar?.
En este mundo se necesita discípulos convencidos de la verdadera doctrina que no tengan miedo de predicar el Evangelio.
La invitación para ti mi querido lector; es que Jesús está para dejar los miedos, los complejos. Finalmente les digo dejen una morada para nuestro amigo Divino.

Tu amigo de siempre Diego García.