Al predicar el Evangelio el Espíritu Santo va obrando para que los antiguos ídolos queden vencidos y se levante glorioso el Nombre de Jesucristo, Rey y Señor.
Al predicar el Evangelio el Espíritu Santo va obrando para que los antiguos ídolos queden vencidos y se levante glorioso el Nombre de Jesucristo, Rey y Señor.