Hay personas que logran
ganarse una posición de gran respeto por la vía de la fuerza o el miedo:
tienden a utilizar un poder coercitivo por lograr lo que se proponen. Su eficacia
a corto plazo suele ser alta, pero no es fácil de mantener por mucho tiempo,
pues produce una sumisión tensa y provoca actitudes de resistencia que pueden
llegar a ser enormemente activas e ingeniosas.