- Jerusalén es la sede de los adversarios de Jesús, donde le darán muerte.
- Jesús entra en un borrico, símbolo de humildad y paz.
- La actitud de Jesús no es sumisa ni insensata.
- Jesús afronta la realidad en toda su crudeza, es consciente de su misión.
- A Jesús: uno lo negara (Pedro), otro lo traicionará (Judas).
- El poder se lavara las manos (Pilatos) y el sistema (Soldado) atravesará su costado con una lanza.
- El amor que testimonia la cruz de Cristo es la única fuerza capaz de cambiar el mundo.
- La traición comienza con el camino de humillación.
- Contemplando a Jesús en su Pasión vemos como en un espejo los sufrimientos de la humanidad.
- Una vez iniciada la senda de humillación y del despojamiento Jesús la recorre hasta el final.
- Este tiempo nos anima a asumir con gallardía la vida.
- No es extraño que en el sano empeño de seguir a Cristo nos veamos tentados a oscurecer su mensaje.
- La Palabra de Dios nos reta a preferir la persecución por la fidelidad a Dios.
- La pascua judía, en la que el sacrificio de un cordero simboliza la liberación del pueblo.
- La Eucaristía es memoria, presencia y anuncio, porque resume en sí todas las ofrendas y sacrificios.
- El amor es su dimensión más profunda necesariamente pasa por el sufrimiento.
- No «debemos evitar el dolor y las dificultades» porque sería huir de la realidad.
- A través del sufrimiento nos salvo Cristo, siendo el dolor el vehículo de su amor.
- La espiritualidad de la cruz nos lleva a brindarle sentido a la propia vida.
- El memorial de la Pascua actualiza la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte.
- Cada una de nuestras acciones debe reflejar la resurrección de Jesús.
- El servicio es una manera nueva de vivir la vida.
- La Pascua que celebramos dé frutos abundantes en nosotros u en nuestros hermanos.
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