1. El valor de los
tiempos de silencio y soledad.
2. La fuerza
liberadora del perdón.
3. El poder
transformante de la oración de alabanza.
4. La alegría
incomparable de abrirse al asombro, la admiración y el elogio sincero.
5. La paz que
solamente nace de haber hecho lo que era correcto.
6. El valor que se
necesita para acceder al lenguaje de la ternura.
7. La sabiduría que
sólo alcanzan los que toman en serio el examen del pasado.
8. La necesidad de
acompasar nuestro esfuerzo con los ritmos más profundos de la vida, la
naturaleza y la historia.
9. La libertad de
quienes saben reírse de sí mismos, sin por ello considerarse ridículos o
irrelevantes.
10. La conciencia de
cuánto vale el instante, que no puede perderse sin herir la eternidad.
11. La fecundidad
escondida en los tiempos de perplejidad, aburrimiento o desilusión.
12. La sensatez para
pasar con humildad y en paz a segundo plano, llegado el momento.